Cómo Granada Me Ayudó a Recordar Quién Soy

Hace cuatro meses regresé a Granada con unos amigos, y lo que parecía un simple viaje de desconexión terminó siendo un momento de reconexión profunda. Volví al mirador de San Nicolás, el mismo donde estuve de niño con mis padres, y contemplar de nuevo la Alhambra desde allí me emocionó de una manera inesperada.

Recordé al Javi que se maravillaba con la historia, el arte y las historias que cuentan los muros y los paisajes. Aunque hoy mi trabajo no sea estrictamente artístico, me di cuenta de que sigo en un terreno profundamente creativo, donde imaginar, pensar y construir ideas es parte del día a día.

Mirando esas vistas que se quedan grabadas en la memoria, comprendí que aquel niño sigue presente dentro de mí. Todo lo que estudié, lo que viví y las veces que insistí aunque pareciera inútil, me han traído hasta aquí. A veces, lo que parecía “no servir para nada” termina dándote todo.

La experiencia me recordó que la vida no se trata solo de avanzar; también es importante mirar atrás con ojos nuevos. Volver a ciertos lugares funciona como un espejo del tiempo: ves quién eras, entiendes quién eres y quizás intuyes hacia dónde te diriges.

A veces necesitamos detenernos para reencontrarnos, para reconocer lo que nos ha formado y lo que nos inspira a seguir. Un lugar puede ser mucho más que un destino turístico; puede ser un recordatorio de nuestras raíces y de nuestra esencia.

Y, al final, basta una vista para reconectar con lo que realmente importa: nuestra historia, nuestra creatividad y la persona que seguimos siendo día a día.




Comentarios

  1. Respuestas
    1. ¡Totalmente! Se siente como sacado de un sueño

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  2. me encanta esa ciudad, gracias por tu aportacion

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    1. ¡Me alegra que te guste! Esa ciudad tiene un encanto único

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